La hora de la ducha
La sensibilidad en la piel de los niños durante el tratamiento puede llegar a provocar incomodidad a la hora de la ducha. La piel puede no tolerar la presión que ejerce el agua provocando dolor.
La temperatura del agua puede llegar a ser insoportable convirtiendo el momento de la ducha en el momento menos deseado del día.
Es importante tener en cuenta todo esto para intentar reducir en lo posible la sensación de mal estar durante este momento día, para ello te recomendamos que la hora de la ducha sea un momento libre de estrés, es posible que el miedo al dolor provoque rechazo al momento de la ducha, sobre todo cuando se trata de niños que aún no pueden comunicar sus emociones con la palabra, por ello es importante como padre o cuidador mantener la calma y empatizar con la situación.
- Algunos necesitarán duchas rápidas, no baños, utilizando la presión mínima del agua para reducir la sensación de dolor y regular la temperatura conforme a la tolerancia de cada niño, el agua muy caliente aumenta la sensación de dolor.
- No olvidar el uso de gel de ducha para pieles sensibles.
- Otros niños necesitarán baños, pero siempre sin demorarse en el tiempo, ya que producen una sensación de alivio. La bañera debe estar correctamente higienizada para evitar cualquier infección.
- El secado de la piel debe ser muy cuidadoso, evitando raspar la piel con la toalla, es preferible el secado haciendo una pequeña presión sobre la piel con la toalla y posteriormente aplicar la crema hidratante de forma delicada por todo el cuerpo.
NOTA: El uso de la ropa de algodón es un complemento al cuidado de la piel. Ayuda a evitar reacciones alérgicas aportando bienestar en el día a día.